Hola a todos, y gracias por leerme:
Fahrenheit 451, además de ser la temperatura a la que arde el papel, es una novela distópica de Ray Bradbury donde los bomberos se dedican a quemar libros en papel para evitar que la gente se angustie leyéndolos. Tal y como se están desarrollando los acontecimientos en el mundo editorial, no hará falta combustible para terminar con los libros, o dicho de manera diametralmente opuesta, ni todo el combustible que nos queda en el mundo podrá dar buena cuenta de los libros. ¿Qué ha pasado con los libros y qué pasará con los lectores y los escritores?
Los libros electrónicos, como una pequeña parte de la tan célebre revolución digital, está revolucionando la comercialización del libro. Están escritos mediante una nueva tecnología llamada tinta electrónica, que permite actualizar la pantalla sin utilizar luz, simplemente redistribuyendo un polvito dentro de unas microesferas, algo parecido al Telesketch, no voy a entrar más en detalle. Las ventajas de no utilizar luz es que consumen mucho menos, pues sólo se gasta cuando se cambia la pantalla (paso de página), y que el ojo, adaptado a la luz ambiente, no está mirando constantemente a otra tipo de luz, por lo que cansa menos. La diferencia de cansancio sería como entre mirar la tele y mirar un cuadro.
Los dispositivos electrónicos de lectura (e-readers) se han puesto de moda a raíz de esta nueva tecnología, y visto el potencial éxito, otros sistemas sin tinta electrónica pero más baratos han entrado en competencia. Mi recomendación es que cada uno se ajuste a sus necesidades: pagar el precio de un e-reader es demasiado si no se va a leer más de cuarto de hora seguido. Hasta que llegó el Kindle de Amazon, mucho más barato que otros dispositivos.
Amazon, tomando precisamente ventaja de la revolución digital, ha cobrado una gran importancia en el mercado del libro. Ha automatizado todos los procesos y canales de venta, dando lugar a lo más natural en la era digital: un costo extremadamente bajo. Es un hecho: todo el mundo puede publicar y vender su libro gratis. todos tienen su oportunidad. Prepárense para lo que vendrá, la competencia será feroz.
¿Qué ventajas tiene esto para el lector? En primer lugar, ¿qué pasa con los lectores reacios a esta tecnología? Aunque muchos lectores sean reacios a leer sin papel, es todo cuestión de tiempo, cosa de una generación, no más. Dentro de muy poco no hará falta quemar más libros que no se leen. No hará falta almacenar libros descatalogados. Estas desventajas actuales se verán en el futuro como aberraciones ancestrales. Será extremadamente barato leer en el acto un libro recomendado, gratuito en el caso de clásicos que no tienen derechos de autor. Sí, la literatura será más barata, aunque está por ver si por ello la valoraremos menos.
¿Qué ventajas tiene esto para el escritor? Desconozco qué pasará con los escritores consagrados, pero parece claro que los desconocidos tendrán su gran oportunidad. Todos podrán picotear de su obra gratuitamente, y, si esta es buena, se divulgará y dará algo de beneficio al autor. En vez de presentaciones de libros, se ofertarán libros gratuitos por las redes sociales para captar a los primeros lectores.
Nadie podrá vivir sólo de la literatura, aquí no se ven grandes cambios.
Las editoriales lo van a pasar mal. Deberán empezar a pensar lateralmente si no quieren quedarse vacías de contenido. El escritor ya no las necesitará para ningún proceso, cuestión de tiempo.
Lo digital hace que caigan los costes, iguala a las grandes empresas con los individuos. ¿Serán al final los lectores los que decidan qué es aquello que debe perdurar en el tiempo? Ojalá, pero soy escéptico respecto a eso.
Conclusión, se pueden hacer conjeturas, pero una cosa es segura: el cambio es grande y hay que empezar a pensar diferente.
Estoy bastante de acuerdo contigo, y no me parece que el futuro sea malo. Lo único que no tengo tan claro es la desaparición del editor. Un buen editor hace mucho más que pasar un texto a un papel, y si se quiere seguir manteniendo la calidad literaria hará falta alguien capaz de revisar, orientar y aconsejar al escritor, y hacer visible su contenido de la forma en la que mas gane.
ResponderEliminarParece claro que esas funciones de editor que mencionas seguirán siendo necesarias, pero cada vez le va quedando al editor menos que aportar, algún servicio que el escritor no pueda conseguir de otra manera. Recuerda que hoy en día no vale sólo con que una cosa se necesite: además debe ser rentable. ¿No llegará el día en que no sea rentable ser editor? No lo sé.
ResponderEliminarYo también opino que las revisiones son más que necesarias. He encontrado novelas autoeditadas con una calidad muy buena pero que tenían pequeños puntos mejorables para alcanzar el excelente. Y eso sin entrar en cuestiones ortográficas.
ResponderEliminarDe todos modos, es cierto que los tiempos están cambiando, ya veremos dónde nos conducen.